De todos los símbolos egipcios, quizás el más conocido, sea el Ankh, también llamado “Cruz Ansada” o “Llave de la Vida”. Los egipcios consideraban a esta cruz como el símbolo de la vida y era uno de los principales atributos de la diosa Isis, que fue quien consiguió devolver la vida a su esposo y hermano Osiris.
Pasó a conocerse como la “Llave de la Vida” debido a que, en tiempos antiguos, la Iglesia Copta de Egipto adoptó el Ankh como una forma de la Cruz Cristiana. Esta es la razón por la que hoy se conoce como “Cruz Ansada” o “Llave de la Vida”.
La Llave de la Vida es uno de esos amuletos que nos aportan energía y como una herramienta de sanación.
Su forma contiene una verdad en sí, es un “objeto divino”. Asiste a la persona que lo lleva a restablecer su unión con todo. Le ofrece un camino para recuperar la unión con lo interno. Es eficaz como canalizadora de la energíade la persona que la lleva encima o de la casa o negocio en la que está colgada
Propicia la expansión laboral y económica. Relacionada con el sexo y la fertilidad, saca de esos deseos la capacidad de reproducción y la multiplicación de posibilidades, bienes y dinero.